Los países occidentales necesitan la Corte Penal Internacional (CPI) para garantizar sus propios intereses en la arena global, afirmó la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, María Zajárova.
"Bruselas, la burocracia de Bruselas defiende y apoya a la CPI de todas las maneras posibles, incluso a pesar de las declaraciones de sus países miembros, porque esta estructura es una de las herramientas de los occidentales para mantener su influencia neocolonial sobre los países del Sur Global y para ejercer presión sobre regímenes indeseables", declaró.
La vocera señaló que cada vez más países toman la decisión de retirarse del Estatuto de Roma debido al "flagrante sesgo político de la CPI y los constantes escándalos" en torno al tribunal. Zajárova recordó que Hungría dio tal paso en junio, mientras la Alianza de Estados del Sahel (AES), integrada por Malí, Burkina Faso y Níger, lo hizo en septiembre.
"Quien paga manda"
La portavoz de la Cancillería rusa recalcó que la CPI no forma parte de la estructura de la ONU y que sus fallos solo son de obligatorio cumplimiento para aquellos países que hayan ratificado el Estatuto de Roma. Sin embargo, señaló que incluso los miembros de la Unión Europea se niegan a implementar las resoluciones de este organismo "pseudojudicial" y no comparten una postura unificada, señaló.
En esa línea, Zajárova puso de ejemplo la disposición de algunos Estados europeos a garantizar la seguridad del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien está sujeto a una orden de arresto de la CPI, mientras que el ministro de Relaciones Exteriores de Polonia, Radoslaw Sikorski, expresó la posibilidad de detener el avión del presidente ruso, Vladímir Putin, si cruzaba el espacio aéreo polaco.
"Además, en este organismo profundamente corrupto, quien paga manda. Es bien sabido que el expediente ucraniano es el más rentable para la CPI en términos de recaudación de donaciones voluntarias", concluyó.
